Esto no podría demostrar mejor qué es lo que se siente.
Esas ganas incontrolables de hacer muestras de afecto frente a una pantalla me han llevado a ridiculizarme sin arrugar ni mi frente (que está poblada de algunas rayitas que ya no borraré).
Lo idiota que me siento tratando de ligar las ideas con palabras para públicamente asumir que estoy perdida y que no tengo remedio.
Ya es demasiado tarde para arrepentimientos (aunque en realidad no hay ninguno).
¿Qué se siente?
Esto. Este intento estúpido de ir a acostarme tranquila, de ocupar mi tiempo en otra cosa, de parecer algo más que sólo el pedazo de carne en el que me he transformado, de dejar de estremecerme a cada segundo con cada una de esas ideas, de parecer menos vulnerable ante esto que se siente.
¿Que lo compare con otra cosa?
Vuélvete loco, anda a darte una vuelta y tomate un cafecito.
No tiene comparación alguna, es completamente inexplicable e incomparable, no tiene igual ni similar.
¿Que lo olvide?
No pienso
Ni quiero.
Por algo lo estoy ventilando descaradamente.
Porque esto, señores
Yo sí se los recomiendo
Y si el precio es muy alto, pues no importa porque yo estuve dispuesta a pagarlo y aún estoy dispuesta a seguir debiendo en la cuenta y con eso (y todo) se lo sigo recomendando.
¿Le cuento?
Me voy a dormir (no, aún no tranquila, para eso falta un poco, poquito)
Saqué cuentas por Bárbara Letelier se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en http://teranyines-de-vellut.blogspot.com/.
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